martes, septiembre 20, 2005

TEMPANO RODRÍGUEZ

Queridos amigos, una cosa le tengo que decir a nuestro insigne Presidente del Gobierno: aunque a él se lo parezcamos NO SOMOS TONTOS.

Sobre la inexistente ocasión de mostrar sus condolencias por la muerte del Papa que manifiesta no haber tenido el Presidente Zapatero, yo le digo: tararí que te vi ZP, tararí que-te-vi.

El Presidente, los presidentes, la Presidencia del Gobierno no es –aunque desde fuera lo pueda parecer– una colección de frikis cronicomarcianescos en busca de un micrófono o una cámara donde exponer su más que visible deterioro psíquico. No. Cuando el Presidente cree que tiene algo que decir, cuando conviene decir algo, cuando interesa levantar o contestar alguna polémica, el encargado de, digamos, ‘relaciones con los medios’ en Moncloa llama a éstos y les anuncia: rueda de Prensa del Presidente a las tal horas en el lugar habitual y tal y pascual. Es decir, que la OCASIÓN la propicia, si quiere y tiene voluntad, EL PRESIDENTE DEL GOBIERNO o su gabinete. Por lo tanto, a la primera cuestión hemos de contestar que ZP no ha tenido voluntad de manifestar en público la más mínima muestra de reconocimiento para con la figura del Papa o sensibilidad para con sus millones de seguidores. Mal Zapatero mal, cero Zapatero.

De esto lo que me irrita ya digo, es que pretendan tratarme como a un tonto. Pero sigamos.

Ahora analicemos la teoría Zapatero sobre el pésame, la condolencia ante el dolor y la educación; o la ausencia de ésta última querría decir si ustedes me siguen. Dice ZP que “la vida (le ha) enseñado que el dolor no va acompañado de la exhibición”. Vale. Lo que él diga. El cuento que él quiera contarnos. Insiste: que somos tontos vamos.

Una cosa es la exhibición que él quiera hacer de sus sentimientos íntimos y personales, y otra muy distinta ES LA REPRESENTACIÓN DEBIDA Y OBLIGADA COMO PRESIDENTE DEL GOBIERNO QUE ES. Es decir, que si ZetaPé no llora en los entierros familiares, si permanece en un rincón oscuro y fuera de la vista de los de su casta, o llegado el caso ni se presenta en el velatorio, al sepelio ni a la misa de difuntos él verá (aunque yo dudo que esta sea su actitud) LO QUE NO ES DE RECIBO ES QUE TRASLADE SUS SENTIMIENTOS Y FORMAS DE VER LA VIDA A SUS OBLIGACIONES COMO REPRESENTANTE DE TODOS LOS ESPAÑOLES QUE ES. ¿Pero esto de Perogrullo que escribo me quiere alguien decir que lo desconoce nuestro Presidente o lo ignoran sus colaboradores? ¡No me lo creo! Esto lo hacen por pura maldad y desprecio a la figura del Papa y a los católicos, pues si por un casual fueran ciertos sus argumentos y así los tuviera interiorizados, estaríamos en mayor peligro aún: bajo el mandato de un calamidad que no tiene la más mínima noción de relacionarse con los demás.

El primero en levantar la absurda teoría de las demostraciones amorosas a distancia y sin contacto físico ha sido el Ministro de Defensa José Bono. Él también –para las cuestiones de amor– nos pretendió cantar aquello de: reloj no marques las horas(ni los días de luto) Es decir, que las muestras de cariño, más o menos como sostiene ZP, no se exteriorizan ni se cuantifican. Uno puede querer mucho a su madre sin que, cuantitativamente hablando, ¡jamás lo demuestre o le de un sólo beso! Uno puede sentir mucho la muerte de alguien sin que se le note, es más, según ZP a él lo que le han enseñado es que no se le note. Pues tranquilo Presidente: la educación y el saber estar tras la muerte del Papa NO SE LE HA NOTADO.

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