viernes, marzo 07, 2008

VOTO POR LA DERROTA DE ETA

Lo que NO ha dichoZ’ es que no volverá a negociar con los asesinos etarras; lo que no ha dicho José Luís es que no volverá a mentir diciendo que paraliza una negociación con los etarras cuando es mentira; lo que no ha dicho Zapatero es que sacará a los filoetarras de las instituciones; lo que no ha dicho, en definitiva, quien hoy es Presidente y pretende seguir siéndolo es que se arrepiente de sus errores tras negociar con los fanáticos. Ergo, si no se arrepiente, si no se compromete a no negociar de nuevo, y si no acepta que se equivocó tratando con los terroristas ¿quién nos dice que no negociará en un futuro con quien hoy de nuevo asesina a un español? Esto es ¿por qué no, como tributo a la víctima, representación sangrienta de todos nosotros, el Presidente de España se compromete a NO NEGOCIAR jamás con los asesinos? El que calla, otorga.

¿Condenar? Por supuesto que todo bien nacido condena el vil asesinato terrorista ¿Suspender los actos de campaña? Vale ¿Y? ¿Qué más señor Presidente y señores candidatos a ocupar un sillón que se le torna grande a ZP? ¿Qué proponen para cuando nos enjuaguemos la lágrimas? Porque más allá de las lógicas condenas, pasados los bien intencionados sentimientos de solidaridad con las familias, además de apiñarnos entorno a la idea de libertad y democracia ¿qué haremos para después de las elecciones –por parte de quien salga elegido– para DERROTAR a quienes hoy de nuevo derraman la sangre de un hijo de España? ¡Eso es lo importante! La solidaridad con la víctima será homenaje a ésta si nos conjuramos para proteger a las víctimas futuras. Y no existe mayor protección que una declaración de acoso y derribo para con la bestia etarra por parte del Estado de Derecho. Actuando unidos y con todo el potencial de la Ley les derrotaremos.

Después de las llantos que broten, pues, los aullidos. Que suelten a los sabuesos en persecución de la bestia etarra, perros de una guerra sin cuartel contra el terrorismo más criminal y asesino. Que con la Ley en la mano y con toda la fuerza de ésta persigan sin descanso y sin tregua a la ETA. Sin tregua pero también sin engaños. Sin descanso. Hasta la derrota total del terrorismo. No existe mejor mensaje. No existe mejor propuesta. No existe otro camino. Y no aceptaremos –ni votaremos– otra política.

¿SÓLO NOS ESTÁ PERMITIDO LLORAR?

Llegado el momento de morir que se haga sin que se note, sin memoria o con ésta en blanco. Es decir, si a uno de nosotros nos matan, seamos concejales u otra cosa (ETA nos mata principalmente por ser españoles y estar, pues, en contra de toda su concepción de nación que se construye a consta de la nuestra y su sangre), encima tenemos que aguantar que sólo nos quieran para llorar tras morir. Es decir: una vez muerto, sólo lágrimas. ¿Sólo? No. Yo digo: también recuerdo. Porque los llantos de ahora llegan precedidos de las negociaciones de antes. Es decir, que quien hoy nos hace llorar antes a otros les hizo reír creyéndose que ganarían algo así como el premio novel de la paz tras acabar con la ETA por arte de magia. Y no. Porque si a la ETA se le deja, si bajamos la guardia, si los metemos –a los terroristas– en las instituciones, e igualmente si les llevamos al Parlamento Europeo, en definitivo: si los fortalecemos, utilizarán dicho fortalecimiento para matarnos. Ergo las cosas están claras: tonterías con los terroristas, las mínimas. Y así, es una tontería (la haga quien la haga) pensar que a una banda mafiosa y asesina se la puede ‘convertir’ a una democracia en la que no creen ni de la que se sienten parte. Ellos atacan a España esté bajo un gobierno dictatorial o disfrutando de una cálida democracia, pues ellos nos matan gobierne la izquierda o lo haga la derecha, ya que nos odian y nos quieren liquidar como persona y como nación. Ellos están contra España. Y España (Pueblo-Nación-Estado) no puede tolerar que sus enemigos estén sentados en las instituciones, que se les nombre interlocutores políticos, o tan siquiera que disfruten de otro horizonte que no sea la cárcel por largo tiempo. Hoy, que lloramos, debemos recordar esto para no llorar de nuevo en el futuro, cegados por el humo de los chamanes de la falsa paz que es humillación en realidad.