Tan acostumbrado como está a invadir las parrillas televisivas acompañado de dictadores varios, con titiriteros diversos y su falso-talante permanente ¿dónde está ZP en estas horas de luto católico? Ni se le ve, ni se le espera... A lo sumo una escueta nota de pésame ¡y sobra en un Estado laico! pensará ZP.
Sin embargo, qué desagradecida es la realidad. Justo cuando ZP acentúa su ofensiva laicista también en la educación, llega el Papa y se muere. Y con el Papa, millones de ciudadanos en todo el mundo –miles en toda España– se lanzan a la calle en su último homenaje al Vicario de Cristo. Tal es así que incluso Lorenzo Milá comparece de riguroso luto y encorbatado en “teletalante”. ¡Qué digo Lorenzo! El carisma del Papa ha obligado a todas las televisiones a variar su programación recogiendo la explosión de fe y reconocimiento que ha congregado una vez más la figura de Juan Pablo II.
Sin embargo, al señor de los laicismos no le vemos aparecer por ningún lado. Y mira que han aparecido líderes mundiales señalando la inconmensurable figura, tanto religiosa como política, siempre comprometida con la paz, de Juan Pablo II. Ay, pero ZP es laico hasta el ridículo. Que es lo que está haciendo con su vergonzoso ocultamiento ante la apabullante realidad cristiana. Bueno, que no se altere ZP, si finalmente decide ir a los funerales por el Papa quizá allí pueda encontrarse con Bush y, escondiendo a Moratinos tras un ficus, robar una instantánea y entonces sí, entonces aparecer en los medios desparramando talante a troche y moche. Qué tristeza de representantes.
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