jueves, octubre 05, 2006

LOS CRUELES MONTONCITOS

Estoy que no vivo en mí. Todo el mundo preocupado por EL MUNDO. Que si investiga mucho; que si miente demasiado; que si actúa por intereses bastardos...Tanta preocupación por un único periódico asombra. Ahora bien ¿quién tiene tanto interés en salvar a EL MUNDO de sus pecados? Si el periódico de Pedro J. y otros tantos periodistas se hunde, allá él y ellos, miel sobre hojuelas para todos aquellos que leen cada mañana unos titulares que irritan su epidermis. Repito ¿qué temen los detractores mundanos? Temen los montoncitos.

Existe una prueba empírica e irrefutable que puede realizar todo el personal para ver la importancia que está adquiriendo EL MUNDO y la información que cada día contiene: la prueba de los montoncitos. Querido lector, si tiene la bondad haga como yo y, de buena mañana visite a su quiosquero fijándose detenidamente en los montoncitos de los distintos periódicos. ¿Qué ocurrirá cuando efectúe el cotejo? Pues que descubrirá algo alarmante: el montoncito de EL MUNDO destaca sobre los demás. Espantoso. Eso quiere decir que las medidas de contención, por decirlo suave, de las distintas teorías y/o investigaciones sobre la vida política, social, etc., escapan al control del grupo PRISA e inanes asimilados. Qué perdida de recursos ante la realidad suicida de una ciudadanía resistente al pastoreo izquierdista tan habitual de la Transición. ¿Cómo no estar enfadado con Pedro J.? ¡Ahora se entiende todo!

Señores, la consigna es clara: derribad a EL MUNDO. El correo Iñaki Strogoff trota veloz por las estepas siberianas del invierno mediático llevando el mensaje del Zar Polanco: o paramos a Pedro J. y todo EL MUNDO, o son capaces de hacer con vosotros lo mismo que hicieron con González y sus cuarenta ladrones.