martes, septiembre 20, 2005

LOS PAYO-PIOJOSOS

La frase: “el que okupa preocupa”, pudiera representar el éxtasis filosófico de toda esta camarilla de cara duras que dejaron de vivir de sus padres, sólo para vivir del Estado. Casa gratis, agua y luz por la patilla; los piojos ya los pondrán ellos. Y encima, de cuando en cuando –entre conciertos, calimochos y maría– arman el follón padre quemando contenedores y protestando “contra el Sistema”; supongo que no será el sistema de red eléctrica del que ellos se aprovechan.

En Barcelona la liaron prendiendo fuego al barrio de Gracia y aledaños, y han terminado pegando a cuatro vigilantes del metro barcelonés y un policía. Oiga, y a pesar de que es fácil saber los lugares donde dichos jóvenes cohabitan con las ratas, que son los mismos desde los que se organizan conferencias y conciertos filo etarras, el descaro y la arrogancia que revelan antes los medios de comunicación sólo se explica ante la condescendencia con la que son tratados en dichos medios y la ausencia de medidas policiales efectivas que atajen su insistente violencia. Hablemos claro, ser okupa está bien visto para cierta clase de progresista necesitado de calmar su conciencia sin reducir su cuenta corriente, y seguir siendo considerado de izquierdas. Vergonzantes progres que, además, son los primeros que junto a los padres adinerados de alguno de estos haraganes se movilizan en las puertas de los juzgados denunciando la “violencia policial”. Qué curioso es su lenguaje, después de quemar contenedores, tirar botellas, cócteles, piedras, patear papeleras y algún policía que se cruce, si te dan un porrazo dejándote la marca en el lomo, la coartada está servida: tortura policial, estado represivo, en síntesis FASCISMO.

Ya me perdonaran los flores, farruquitos y demás, pero tantos años pretendiendo que los gitanos consigan una integración que permita desterrar ciertos prejuicios de nuestra sociedad, para que ahora tengamos que sufrir a los okupas. Y que sí, oiga, que vuelvo a reiterar mis disculpas para quien –gitano– se pueda molestar por la comparación, pero al final los okupas son como los gitanos de antaño que preferían vivir en chabolas a integrarse normalmente en la sociedad. Bueno, o no tanto, porque si efectivamente los mercheros, quinquis y gitanos vivían (algunos aún viven) en chabolas prefabricadas con sus propias manos, los okupas no mueven un músculo de más salvo para pasar o coger el porrito. Ellos patada en la puerta, enganchar la luz, conectar los bafles y el ordenador, buscarse el agua, cuatro barridas al local, cinco pintadas en las paredes y aquí tienen el cubil de las ratas: un local oKupado (y que no falte la ‘K’ que acentúa su salvajismo)

En fin, que si efectivamente hoy en día, y motivado por diversas medidas y políticas sociales, podemos hablar de que muchos colectivos –gitanos, inmigrantes– luchan y consiguen integrarse en una sociedad que les facilita una vida más digna, sorprende ver a estos jóvenes okupas –a los que otros jóvenes han bautizan como “guarros”– promoviendo el chabolismo voluntario. Pero es lo que he dicho al principio: el discurso sobre la ocupación es la excusa de unos getas en la transición de vivir de sus padres hasta que pasaron a vivir del Estado; y de paso, tocarnos a todos los gitanales.

No hay comentarios: