Hasta aquí podíamos llegar: ¡Gibraltar español! Leches. Y ya está, hombre. ¿Pero qué se han creído estos ingleses? Esto parece una maniobra pensaba para excitar la natural respuesta de arrope hacia don Juan Carlos tras el despiadado y amarillo ataque sajón. Mira, mira, ¡ingleses!, que tenemos a medio CNI metido en el Liverpool y como demos la orden os conquistan media Inglaterra. Me cago en todo ya. Al Rey le criticamos nosotros. ¡Pero bueno! Vosotros dedicaros al Orejas y su consumidora de tampax que con eso tenéis bastante. ¡Dios! Estoy que echo chispas. Pues no van los ingleses y se meten con nuestros Rey ¿Pero a cuento de qué, criaturas, vais vosotros a poner en tela de juicio a nuestro Don Juan Carlos? Mira que como nos cabreéis de pura rabia cerramos las fronteras y os vais a emborrachar en casa Dios. ¡Bolingas! ¡Gibraltar español! ¿Qué ya lo he escrito? Pues tres tazas: ¡Gibraltar español! ¡Ingleses!
Mirad, nenes: si nuestro Rey, como dice The Times, es un playboy es porque puede. Peor lo tenéis vosotros, que si fea salió la madre peor ha salido el hijo; y con mayor resistencia al viento. Y si los niños han salido más monos –y sólo uno, porque el otro (el nazi) parece que se ha dormido encima de un panal de abejas– es tan sólo porque Lady Diana, antes de diñarla, se dedicó a mejorar la estirpe haciendo de tripas corazón; que también es tener tragaderas... No me extraña que, al final, se fuera la pobre con el moro rico ¿Llamamos nosotros a vuestro príncipe pichulín? Bueno, pues dejad entonces en paz a nuestro Don Juan Carlos, que como ponga el litro vino encima la mesa tiembla hasta el Misterio. ¡Manguicortos! Y que no me canso y lo digo y lo repito: ¡Gibraltar español! Hombre. Y ya está.
Desde hoy proclamo, y excitando al personal propongo, que en las visitas de los miembros (lo de miembros es un decir) pertenecientes a la Familia Real Británica, los mismos sean recibidos a los sones del Dios Salve a la Reina, sí, pero de los Sex Pistols. Y si les molesta peor para ellos, que aquí en España otra cosa no pero a chulos no nos gana nadie. Mismamente, y lo escribo para hacer daño así en plan chulito y eso, al Rey Don Juan Carlos le hemos pagado un yate para que luzca paquete por todo el mediterráneo (que se lo pregunten a Mariñas...) ¿Qué, podéis hacer lo mismo vosotros, ingleses? No padre. La Reina es una tacaña y el niño ha salido dotado con lo mismo que comen los monos de Gibraltar: con un cacahuete. ¿No lo habéis leído todavía o qué? Ni un paso atrás: ¡Gibraltar español!
Mirad, nenes: si nuestro Rey, como dice The Times, es un playboy es porque puede. Peor lo tenéis vosotros, que si fea salió la madre peor ha salido el hijo; y con mayor resistencia al viento. Y si los niños han salido más monos –y sólo uno, porque el otro (el nazi) parece que se ha dormido encima de un panal de abejas– es tan sólo porque Lady Diana, antes de diñarla, se dedicó a mejorar la estirpe haciendo de tripas corazón; que también es tener tragaderas... No me extraña que, al final, se fuera la pobre con el moro rico ¿Llamamos nosotros a vuestro príncipe pichulín? Bueno, pues dejad entonces en paz a nuestro Don Juan Carlos, que como ponga el litro vino encima la mesa tiembla hasta el Misterio. ¡Manguicortos! Y que no me canso y lo digo y lo repito: ¡Gibraltar español! Hombre. Y ya está.
Desde hoy proclamo, y excitando al personal propongo, que en las visitas de los miembros (lo de miembros es un decir) pertenecientes a la Familia Real Británica, los mismos sean recibidos a los sones del Dios Salve a la Reina, sí, pero de los Sex Pistols. Y si les molesta peor para ellos, que aquí en España otra cosa no pero a chulos no nos gana nadie. Mismamente, y lo escribo para hacer daño así en plan chulito y eso, al Rey Don Juan Carlos le hemos pagado un yate para que luzca paquete por todo el mediterráneo (que se lo pregunten a Mariñas...) ¿Qué, podéis hacer lo mismo vosotros, ingleses? No padre. La Reina es una tacaña y el niño ha salido dotado con lo mismo que comen los monos de Gibraltar: con un cacahuete. ¿No lo habéis leído todavía o qué? Ni un paso atrás: ¡Gibraltar español!
Don Juan Carlos, quedamos a sus órdenes para desembarcar –ahora que hay buen tiempo– en las costas de Gran Bretaña para pasarnos por la piedra a quien sea menester. No te jode.