domingo, diciembre 17, 2006

MEMORIA HISTÓRICA: “NO HAY MAL QUE POR BIEN NO VENGA”

“No hay mal que por bien no venga”. Frase que, apelando a una memoria transmutada en historia, es atribuida a Franco tras conocer del asesinato de Carrero Blanco. Y que nos viene como anillo al dedo para introducirnos en la cuestión de la desmemoria histérica patrocinada por las izquierdas.

Con motivo de la artificiosa polémica zetapollesca sobre la reasignación de muertos propios e impropios para cada facción política, estamos conociendo muchos datos sobre los desmanes cometidos no sólo por el franquismo (esto ya lo contaron durante la Transición los Tusell, Tuñón de Lara, Preston o Santos Juliá...) sino de la izquierda frente populista que el social-comunismo-separatista quiere ahora vendernos como paradigma del democratismo. Cuando eso no es así. El contraste histórico-informativo lo tenemos mediante una cantidad ingente de libros, conferencias e intervenciones de distintos historiadores españoles y extranjeros, quienes como paraguas protector contra el chirimiri guerracivilista que empapa toda la política de Rodríguez Zapatero, se despliega cobijándonos de la mentira política institucionalizada. Y así, atendiendo a la dinámica de acción-reacción, cada rencorosa manipulación gubernativa es contestada con una miríada de contra documentos, libros, programas de radio, televisión y esquelas en los periódicos, que demuestran lo peligroso de enredar con algo sagrado: los muertos de cada uno. Revividos por ZP con clara intencionalidad política, y como cortina de humo ante la imposibilidad de alcanzar la arcadia feliz que prometía el socialismo en campaña: cuán fácil y demagógico resulta firmar en barbecho cuando no se espera gobernar... salvo que ocurra un accidente. Los muertos del pasado cubriendo la obligación sobre los muertos del presente.

En la reciente Transición, feudo de los historiadores anti-franquistas, nadie resolvía contestar las teorías propaladoras de la versión izquierdistamente correcta del franquismo y que, en lo tendente a la manipulación, como las meigas en Galicia: haberlas haylas. Por aquel entonces sólo protestaban los restos irredentos del franquismo, impregnando su alegato de una defensa del régimen de Franco que desvirtuaba cualquier apelación a los hechos históricos. Apuntar la anti-democrática deriva pro soviética del frente-popular no enaltece la igualmente anti-democrática dictadura de Franco. Los extremos de la herradura se juntan en sus bordes.

Sin embargo, ahora el señalamiento del desvío frente populista idealizado en dictadura del proletariado no lo hacen los franquistas, sino demócratas. Quienes precisamente por serlo, y sin exaltar ningún tipo de dictadura –ni de derechas, pero tampoco de izquierdas: se llame el dictador Franco, Pinochet o Fidel Castro– se niegan a tomar como ejemplo la deriva soviética de la II República que tanto gusta a Zapatero (un presidente que es capaz de auto-calificarse como de “rojo”... aguanta la pedrá.) Pero en contestación a los extravíos zapaterinos, los jóvenes, victimas tanto de la LOGSE como de maricomplejines con síndrome de Estocolmo ante la supremacía progre que reparte carnés de demócrata, cuentan ahora con una abundante información alternativa al monocorde discurso izquierdista. Por eso ¿qué las izquierdas quieren memoria? ¡Pues dos tazas! Ya que ante la criba roja que pretende tamizar únicamente datos interesados, también se cuelan Paracuellos varios, checas muchas y tiros a la barriga por dondequiera. ¿Paseíllos? En los dos bandos. ¿Fosas comunes y muertos sin enterrar? El infierno fuimos nosotros. Todos. Que no lo olvide el nieto del capitán Lozano, devenido Presidente por accidente y legitimador de una República arrastrada al abismo civil.

Los discursos guerracivilistas de ZP el rojo, no chocarán esta vez con los de sus contrarios, esto es: los franquistas enaltecedores de la parte contraria. No. Ahora la advertencia democrática, la apuesta por la convivencia en el marco de España y al abrigo de su Constitución, se la ofertan los demócratas del 78. Régimen infinitamente superior a la II República que anhela ZP; o así era, al menos, hasta que Rodríguez Zapatero fue impulsado a liderar una nueva deriva institucional.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Feliz Navidad

FV dijo...

Feliz Navidad socio. Que el año entrante nos traiga mucha felicidad y muy poco ZP...