
El argumento fulero de los socialistas sobre la verificación es irreal, ya que controlar, y por tanto poder eliminar, totalmente a la banda asesina es imposible. Ningún gobierno lo ha conseguido de manera completa. Así, se descabezaron sucesivas cúpulas, se detuvieron innumerables comandos, se desarboló entramados de cobro del chantaje terrorista pero, la hidra bárbara siempre se regeneró. Realidad que corrobora mi teoría: si la vigilancia total es imposible la verificación certera será inventada. Tan figurada como que Otegi sea un ‘mensajero de la paz’con representación singular de una chusma incorpórea: Batasuna. Organización terrorista ligada a la Eta que, a pesar de manifestarse, dar ruedas de prensa, y en general cachondearse de todos los españoles, no existe para Pepiño blanco. Otro ayo del fraude retórico.
¿Adónde quiero llegar? Pues a establecer que la principal vía para la verificación del alto el fuego terrorista procederá de la misma banda y sus adláteres: los incorpóreos Otegi, Pernando, Usabiaga, Ternera, etcétera. Interlocutores con trato de estadista por la base dialogante socialista. Quid de la perorata zapaterina difundida por el agrario Moraleda, insistiendo en que lo importante no es tanto la entrega de las armas como la voluntad de abandonarlas. Estupidez supina que provoca preguntar ¿y si no entregan las armas cuánto les durará la voluntad de no volver a utilizarlas? Por lo demás ¿qué mejor muestra de buena voluntad que una entrega de armas, descubrimiento de los escondites y pisos francos que ya no necesitarán? Eso no pasará, quedando verificado la poca voluntad de los etarras en rendirse. Zapatero sabe que exigir una entrega de armas sería reventar la euforia hinchada artificialmente, y confía el mal llamado proceso de paz a la voluntad terrorista. Pero la cosa está clara: la Eta no tiene voluntad de entregar las armas hasta conf

No hay comentarios:
Publicar un comentario