viernes, abril 21, 2006

FALSA VERIFICACIÓN, INNEGABLE CLAUDICACIÓN

La pretendida verificación de la total inactividad terrorista es imposible de confirmar, a menos que el Gobierno tuviese vigilados a todos los etarras, sus comandos, toda su infraestructura y, en definitiva, cada tentáculo del pulpo asesino que ZP eligió como animal de compañía. Una vez más, el socialismo nos miente. Nos mintieron cuando nos explicaban que no existían contactos con la Eta, comprobando ahora que aparecen curas filoterroristas, irlandeses ex-terroristas y británicos como Tony Blair que estaban al tanto del asunto. La ciudadanía española tratada de cornuda para arriba: los últimos en enterarse de que se la estaban pegando. Y es que el zapaterismo es fullería semántica gregaria de la doctrina de Antonio Gramsci: el fin justifica los medios que se adaptarán a las circunstancias.

El argumento fulero de los socialistas sobre la verificación es irreal, ya que controlar, y por tanto poder eliminar, totalmente a la banda asesina es imposible. Ningún gobierno lo ha conseguido de manera completa. Así, se descabezaron sucesivas cúpulas, se detuvieron innumerables comandos, se desarboló entramados de cobro del chantaje terrorista pero, la hidra bárbara siempre se regeneró. Realidad que corrobora mi teoría: si la vigilancia total es imposible la verificación certera será inventada. Tan figurada como que Otegi sea un ‘mensajero de la paz’con representación singular de una chusma incorpórea: Batasuna. Organización terrorista ligada a la Eta que, a pesar de manifestarse, dar ruedas de prensa, y en general cachondearse de todos los españoles, no existe para Pepiño blanco. Otro ayo del fraude retórico.

¿Adónde quiero llegar? Pues a establecer que la principal vía para la verificación del alto el fuego terrorista procederá de la misma banda y sus adláteres: los incorpóreos Otegi, Pernando, Usabiaga, Ternera, etcétera. Interlocutores con trato de estadista por la base dialogante socialista. Quid de la perorata zapaterina difundida por el agrario Moraleda, insistiendo en que lo importante no es tanto la entrega de las armas como la voluntad de abandonarlas. Estupidez supina que provoca preguntar ¿y si no entregan las armas cuánto les durará la voluntad de no volver a utilizarlas? Por lo demás ¿qué mejor muestra de buena voluntad que una entrega de armas, descubrimiento de los escondites y pisos francos que ya no necesitarán? Eso no pasará, quedando verificado la poca voluntad de los etarras en rendirse. Zapatero sabe que exigir una entrega de armas sería reventar la euforia hinchada artificialmente, y confía el mal llamado proceso de paz a la voluntad terrorista. Pero la cosa está clara: la Eta no tiene voluntad de entregar las armas hasta confirmar que sacará algo de todo esto. Y, siendo esto así, por mucha verificación que nos venda el Presidente, la Eta y sus ‘mensajeros de paz’ siguen con las pistolas encima de la mesa ejercitando su habitual coacción terrorista. ¿Cómo le pueden llamar proceso de paz a todo esto? Fullería señores, fullería. Estafa avalada por los votos de aquellos que confiaron en ZP y su pandilla. Ajo y agua.

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