Aquí tienen una información que circula por Internet relativa al joven que fue asesinado en el metro de Legazpi de Madrid. A la vista dicha información, y condenando de antemano la violencia gratuita utilice ésta la justificación política que sea, o sea dicho fanatismo únicamente fruto de un gamberrismo travestido con la moda del momento (antes de los skins políticos ya se pegaban los rokers y los mods, los punks, los heavys o los ultras de fútbol), lo que si parece evidente es que de una pelea con navajas de por medio y el fanatismo como telón de fondo (a ultraizquierda o ultraderecha del despropósito), la víctima bien podía haber sido cualquiera: el skin ‘facha’ o el skin ‘comunista’.
Y es que nunca más cierto aquello de que los extremos se tocan, haciendo buena la explicación de la teoría de la herradura. Circunstancia que conviene recordar ahora que la izquierda vocinglera y sus medios de gestión se movilizan para señalar con sus grasientos dedos primariamente a una extrema derecha tan radical como minoritaria (según algunos –Federico J. Losantos– buscando esencialmente revitalizar a los ultras de cara a las elecciones), y escudriñando una conjeturable ilegalización de dichos partidos extremistas. Rechinando en nuestro recuerdo, por ende, todas las reticencias que han mostrado no pocas gentes de dichos medios izquierdistas y el mismísimo Gobierno socialista para ilegalizar, por ejemplo, el fanatismo de la extrema... izquierda independentista: ANV. Porque, claro, si nos vamos a rasgar las vestiduras, señorones de la izquierda demagógica, arranquémonos lo que nos sobra de los dos brazos de la chaqueta: el alzado brazo derecho con su cara al Sol, y su homólogo del lado izquierdo con agresivo puño incluido. Pues actuar de otra forma no quedaría mas que como una nueva muestra del sectarismo político tan típico en la izquierda. Y ya para rematar la faena, y como colofón al escándalo –lógico por otra parte– que nos ha producido a todos la violencia salvaje en los metros de Barcelona o Madrid, tampoco estaría de más que con equivalente escándalo fuese tratada la violencia bárbara y terrorista que sufren las calles del País Vasco desde hace más de treinta años. ¡Eso sí que es un ultra fanatismo bárbaro, violento y terrorista! Y sin embargo ahí están, dando ruedas de prensa y hasta hace poco sentándose con el Gobierno para hablar de sus extremistas posturas.
Y es que nunca más cierto aquello de que los extremos se tocan, haciendo buena la explicación de la teoría de la herradura. Circunstancia que conviene recordar ahora que la izquierda vocinglera y sus medios de gestión se movilizan para señalar con sus grasientos dedos primariamente a una extrema derecha tan radical como minoritaria (según algunos –Federico J. Losantos– buscando esencialmente revitalizar a los ultras de cara a las elecciones), y escudriñando una conjeturable ilegalización de dichos partidos extremistas. Rechinando en nuestro recuerdo, por ende, todas las reticencias que han mostrado no pocas gentes de dichos medios izquierdistas y el mismísimo Gobierno socialista para ilegalizar, por ejemplo, el fanatismo de la extrema... izquierda independentista: ANV. Porque, claro, si nos vamos a rasgar las vestiduras, señorones de la izquierda demagógica, arranquémonos lo que nos sobra de los dos brazos de la chaqueta: el alzado brazo derecho con su cara al Sol, y su homólogo del lado izquierdo con agresivo puño incluido. Pues actuar de otra forma no quedaría mas que como una nueva muestra del sectarismo político tan típico en la izquierda. Y ya para rematar la faena, y como colofón al escándalo –lógico por otra parte– que nos ha producido a todos la violencia salvaje en los metros de Barcelona o Madrid, tampoco estaría de más que con equivalente escándalo fuese tratada la violencia bárbara y terrorista que sufren las calles del País Vasco desde hace más de treinta años. ¡Eso sí que es un ultra fanatismo bárbaro, violento y terrorista! Y sin embargo ahí están, dando ruedas de prensa y hasta hace poco sentándose con el Gobierno para hablar de sus extremistas posturas.
¿Ilegalizar el fanatismo? ¡Venga! Empecemos la casa por el tejado (que es la parte de arriba: el País Vasco), y continuemos después con el cumplimiento de la Ley de banderas, el arrinconamiento del ultra nacionalismo independentista y racista (que es lo que era Sabino Arana: un racista, el cual no obstante tiene estatuas y premios con su nombre en el norte de España), movimientos todos que atentan contra la convivencia, la democracia, la Constitución y la lógica de las cosas. ¡Esos también son unos ultras anti constitucionales y liberticidas!
4 comentarios:
Cómo van a ilegalizar ANV los mismos que legalizaron Batasuna?
Ya, por eso es indignante tanto fariseo de izquierdas llorando en torno a las agresiones en Madrid y Barcelona, y sin embargo danto tanta vaselina a sus -no hacen tanto ello- socios de proceso de pazzzzzzzzz.
¿Cumplir la Ley?. ¿Para qué?. Se enfadarían algunos y ya no se podría gobernar...
La izquierda, especialmente el pZoe, cumplen la ley si les conviene y la incumplen cuando les estorba (véase Ley Electoral y 13-M, "negociaciones" con la ilegalizada Batasuna). En eso la izquierda actúa igual en España como en otros países europeos. Luego ponen cara de circunstancia y hablan del cumplimiento de la ley y de la independencia de la Justicia (de la Vogue).
Publicar un comentario