viernes, noviembre 03, 2006

ZAPATERO EN SU LABERINTO

Hagan lo que hagan los terroristas, es inútil: Zapatero negociará con ellos. Baldío resulta, por tanto, el empecinamiento terrorista en quemar cajeros, autobuses o negocios particulares, así como la extorsión empresarial o el seguimiento a políticos y policías con los que utilizar las armas robadas y el explosivo almacenado. Que no. El fortalecimiento etarra no irritará a un ZP ansioso por considerar interlocutores válidos a los terroristas, reservando un sillón preferente en su mesa para Txapote, De Juana, Txeroki, Josu Ternera y Otegui, acompañantes de ZP en lo que engañosamente se denomina proceso de paz.

Mientras ZP clama contra el resurgimiento de la ‘extrema derecha’, sus compañeros de proceso imaginariamente pacifista son terroristas. Y si las víctimas lloran y chirrían los dientes, que aguanten un poco que ZP tiene esto encarrilado, como prueba la ausencia de atentados mortales. ¿Qué sin embargo los terroristas se rearman, se reúnen en citas, se organizan y por tanto se fortifican? Tranquilidad. Todo está controlado por ZP, el Presidente no permitirá que la inacción contra el terrorismo desemboque en una matanza. Con Zapatero se acabaron las muertes, ya que la Eta está apunto de entregarse, como verifica cada día Rubalcaba. Motivo por el cual no se producen detenciones hace muchísimo tiempo. En consecuencia y según ZP: el proceso marcha.

Pachi López, políticamente hijo de Zapatero, también está auxiliando el proceso de negociación con los terroristas. El gran Pachi tiene más fórmulas para la resolución del “conflicto” que ZP para el Estatuto: modelo de referéndum tipo Québec, o en su defecto Montenegro. En todo caso: los terroristas se expresarán en referéndum. ¿Qué es una ignominia para el pueblo español, para las victimas, para los mutilados, para los policías que durante años se encargaron de luchar denodadamente contra la Eta ver como ahora alcanzan poco a poco cada uno de sus objetivos? ZP nos pide confianza ciega y muda. ¿No será mejor contentar a los terroristas ofreciéndoles protagonismo en el Parlamento español y Europeo que morir? ¿No será mejor darles la palabra que la espalda que ellos tirotean? Zapatero lo tiene claro: pese al sufrimiento y la ignominia de muchos españoles ante el comportamiento de su presidente, la paz bien vale la historia de una Nación, un proyecto común y un concepto: España.

Si el proceso finalmente falla y la Eta vuelve a matar, Rodríguez Zapatero deberá asumir su responsabilidad. Y así, las esperanzas truncadas, el trato ignominioso consentido contra las victimas, unido a la pasividad contra el terrorismo demandarán dramáticamente la renuncia presidencial. Con la primera muerte, el Presidente deberá dimitir.

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