lunes, julio 30, 2007

UN ESPÍA MUY POPULAR

¿Existe algo más contraproducente que un espía sordo? Sí, uno popular. Es decir, uno que sea tan conocido en su condición de espía en la portería de su bloque, en los bares de su barrio, como por todos sus colegas e incluso por los colegas de sus colegas; la mejor manera de desvelar un secreto es contárselo a un amigo de confianza –aquel que en el preámbulo de la revelación es avisado convenientemente de que debe guardar tal secreto bajo juramento ante el mismísimo niño Jesús– pues automáticamente el amigo, que igualmente tiene otros amigos de tanta confianza como tú, traspasará el secreto a otro incorruptible compañero el cual, claro, bajo el mismo sagrado juramento prolongará lo que ya se habrá convertido en una interminable espiral de confidencias: de ahí al Interviú, un paso. La referida habilidad en fugas de información es conocida por toda ‘maruja’ que se precie –es lo que versadamente se denomina cotilleo– por lo que no estaría de más que estas señoras –armadas de bata y rulos– dieran unas clases a más de un Agente de Inteligencia.

Bueno pues todo esto que les pongo rechinando a chufla, efectivamente es una chufla, porque es así mismo como nos esteramos de que los espías que tenemos o teníamos son unos tíos la mar de famosos. Y si no lo eran suficientemente –la fama nunca es suficiente para el narcisista– la rueda de prensa del Secretario de Estado con mando en nuestro Servicio de Inteligencia, y por tanto Jefe de todos los espías, ha encendido no ya el foco de la actualidad exclusivamente sobre Flórez el presunto traidor, sino todo un potentísimo farol en todo el centro del escenario político alrededor de nuestros servicios secretos. ¡Qué contentos tienen que estar nuestros espías! Sólo faltaría que el Tomate de Telecinco tomase las puertas del CNI inquiriendo a la salida del personal allí laborando sobre las relaciones extramatrimoniales de los agentes y agentas, si ustedes saben valorar la adjetivación políticamente más correcta.


Más allá de cuestiones que desconozco y que por tanto sería aventurado juzgar, resulta patético descubrir que cuando sale una información sobre la detención de un espía -el tal Flórez- a dicha eventualidad le siga todo un torrente de información sobre el ídem y su labor dentro y fuera de los servicios secretos españoles. Además y para pasmo colectivo, la misma información es de público acceso –fotos incluidas– no sólo en la prensa de papel, sino y sobre todo en Internet (la gran biblioteca del presente custodia de todos los pasados) conteniendo datos sobre la vida y labores del ex honorable servidor público Roberto Flórez García. Tecleen su nombre en cualquier potente buscador de Internet y podrán comprobar todo cuanto les digo. Porque el sujeto que nos ocupa, que se ha caído no ya con todo el equipo si no incluso con todos los papeles y todas las pruebas que le inculpan, es un chapucero no por dejarse pillar –eso podría ser más mérito de sus captores que demérito suyo– si no por ir dejando un reguero de información allí por donde pisaba: Inchaurrondo, Perú, Canarias, la Guardia Civil, el CESID hoy CNI... Por eso hoy sabemos de su pasado en Inchaurrondo –con nombres de jefes como Galindo y otros agentes involucrados y/o manchados con y en la luchan contra el terrorismo de ETA en la época González– conociendo de Flórez incluso a su mujer, la profesión y tendencia política de la misma (una periodista que cojea tendenciosamente de izquierdas), y hasta la profesión del padre de la mujer de Flórez y por tanto suegro del espía. ¡Qué culebrón! Flórez, el ex espía que la armó, incluso aparece en los créditos finales de un documental de agit-pro filosocialista perpetrado por su mujer y unos amigos. Alucinante. ¡Y qué bonita muestra de amor por otra parte! Didáctica manera de ocultarse con inteligencia, tratándose de un ex agente de la ídem al cual parece haberle abandonado tan distinguida señora o señorita, cualidad de todas formas si se sabe cultivar.

Si existe algo que deba ocultar un espía es su vida, ya que la cotidianidad que todos guardamos celosamente se convierte en el espía en grietas por donde penetra el humo tentador de la compromisoria doblez: desde el chantaje al posible soborno; traición a tu patria y culto a hedoné. Pero claro, si eres un pringao y te gusta el protagonismo tanto como las perras, lógico que te tiente el metal, el ruso malo y los créditos ególatras del documental de tu mujer. Tan lógico como que terminen pillándote, y tan nomológico como que después se sepa todo todito todo de tu vida y milagros. Y si no se sabía suficiente de la vida y milagros del espía antes, durante y después de su ocupación poco inteligente en los servicios de inteligencia, para que se sepa aún más comparece en rueda de prensa el Jefe supremo del CNI dando publicidad a todo un chorizo de documentos oficiales. Eso ya no es tan lógico, ¿no les parece?

¿Comisión de Secretos Oficiales? Sí, el telediario de La Primera de Televisión Española a las tres de la tarde. ¿Para qué más?

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