La república ensayada por las izquierdas ya tiene su símbolo: EL TOMATE. Pues para los zapatistas de Rojo Zapatero, si hay motivo de levantamiento contra las fuerzas de la derecha, hay tomate que remover en el interior de Zarzuela. Al fin y al cabo ¿qué es la Monarquía, pese a ZP y su “republicano” Rey, sino opio para el pueblo? Opio y parte de las fuerzas de la Caverna: junto a la religión, la Banca (salvo La Caixa) la Iglesia, las estatuas de Franco, el Ejército y Benedicto XVI con tricornio.
La Monarquía Británica de su graciosa majestad y su desternillante hijo, alcanzó sus cotas más bajas en popularidad a raíz de bataholas palaciegas favorablemente aventadas por la prensa. Desde entonces, para su pueblo el Príncipe sería el orejas, su novia la fea y la mártir Lady Diana. Y es que no existe peor desgaste que caer en el ridículo y ser objeto de mofa, tarea para la que resultan de una eficacia probada los tele-basureros de la prensa de órganos: corazón, picha e intestinos.
En España dos mujeres, prototipo del mencionado periodismo, encabezan la toma del Palacio Real utilizando como ariete lo juntado bajo el título de Leonor, la Princesa Inesperada; con el que las chicas se quieren hacer de oro. Y así, han confeccionado una teoría denominada “Operación Silencio”, supuesta artimaña de Casa Real para ocultar al pueblo el peligro que corrió en el parto la Princesa de Asturias y la Infanta que llegó con una reforma constitucional bajo el brazo. Porque claro, para el pueblo currante es de sumo interés saber cuanto dilató la Princesa, los puntos que tuvo su cesárea y si le come bien nuestra Infanta, su bebé. Y por eso las dos periodistas, con su libro más que periodismo lo que estarían haciendo es un servicio público. Convirtiendo así la venida de la Infanta Leonor en un parto de Estado, y es que con Doña Letizia, parimos todos. Vulgarización pretendida por los quintacolumnistas que como el humo de Satanás se han introducido en Zarzuela a ritmo de Sabina.
Groucho Marx decía que la historia siempre se repite, primero como tragedia y después como parodia. La representación paródica de la España neo-republicana es una Kultura que gravita entre Aquí hay Tomate y el sumo sacerdote de la secta basura trasnochada y trasnochadora: Javier Sardà. Por lo demás, resulta también gracioso que la cadena que ampara el cotilleo rosa-republicano pertenezca a un paisano del Rey, el italiano Silvio Berlusconi. Tan italiana cadena será el acorazado del cual partirá la bandera tricolor (roja, amarilla y rosa) portada por Boris Izaguirre, quien envolviéndose en ella no mostrará un pecho sino su culo, al que siguen los progres zerólamente. Fachada del cambio en el modelo de Estado.
martes, diciembre 13, 2005
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