Yo crispo, tu crispas, Rovira crispa. Nosotros crispamos, vosotros crispáis, ellos –los socios de ZP– crispan. Y es que el grado de crispación instalado en la sociedad zapateril es tal, que hasta El País marca el paso del Presidente, quien manda a Moraleda por delante haciendo como que se desmarca de quienes necesita para gobernar: sus socios Perpiñaneros.
Que no nos engañe ZP, por mucho que ahora adopte la impostura del escándalo público y crujir de dientes ante el desplante de unos impresentables que escupen y queman la bandera española a la vez que arrancan las páginas de nuestra Constitución, quien ha decidido sentarlos en su mesa ha sido él: José Luis Rodríguez Zapatero. Porque los necesita. Y ellos, las bestias radicales anti-españoles, lo saben. Y así, envalentonados ante la falta de fuelle del Ejecutivo socialista, se lanzan a la calle matónmente y con la impunidad de quien tiene cogido por las criadillas al mismísimo Presidente del Gobierno.
Así es como se explica que, con total arbitrariedad, los cachorros de ERC se permitan atacar un medio de comunicación (COPE) acogiéndose ulteriormente al amparo del Congreso de los Diputados que utilizaron como madriguera. ¡Si pactaron con la Eta en Perpiñan y ZP apenas les mostró la tarjeta amarilla! Rápidamente se olvidó el Presidente del ‘desliz’ cometido por Carod Rovira, interlocutor de ERC para las relaciones con los terroristas, a quien facilitó asiento preferente en el Congreso para que nos convenciera de que lo mejor que le ha podido pasa a España es que él –Carod Rovira y sus cachorros– formen parte indispensable del proyecto ZP. Y para celebrar el protagonismo que han adquirido los ultra-catalanistas por mor de Zapatero van, cogen, y arrancan páginas de la Constitución con un alborozo que asusta. Y que no desvíe la importancia del caso el Ministro Sevilla, lo grave no es que una postura radical y minoritaria alcance un protagonismo político desmedido, lo lacerante es que dicho protagonismo haya sido entregado por el actual Gobierno de España. Señor Ministro no nos tome por tontos, ya que si los radicales de ultraderecha también se manifiestan en contra de la Constitución del 78, la diferencia estriba en que ellos no condicionan –a Dios gracias– la gobernabilidad mantenida por un Presidente frágil.
Como será la cosa que hasta el batasunoetarra Otegui, aliado del ultra Rovira, socio del radical Zapatero, se muestra encantado con la “revolución” zapateril. Y la Eta también se muestra encantada, y también jactanciosamente dice que es capaz de paralizar las olimpiadas, influir en el debate del Estatut y el término nación, mientras de paso reclama Navarra para su Euskal Herria Grande. ¿ Y qué es lo que dice el Presidente que se tiene que hacer con estos bichos? ¿Negociar-dialogar de qué? Vergüenza me daría haberse tenido que apoyar, como hizo ZP, en los separatistas para aprobar en el Congreso una futurible conversación con semejantes bestias asesinas. Para las cuales, que se entere bien Moraleda, su futuro no es “el abandono de las armas” que dice el agrario portavoz. El mensaje para los etarras no puede ser más que la cárcel y su derrota total.
Expuesto lo anterior ¿quién comenzó a crispar aquí, porqué se crispa, qué cabrea a la gente? El ciudadano, y es normal, está hasta las narices de ver a salvajes actuando con total impunidad, quemando y arrancando banderas españolas y reuniéndose con la Eta mientras el Presidente se ríe. Es que se está riendo todo el rato. Mírale, que no para de reírse. ¿Pero de qué se ríe el tío? ¿Crispación? La crispación llegó acoplada al Ejecutivo socialista y sus socios ultras. Cómo será la cosa –la crispación– que hasta el grupo musical de Los Panchos, paradigma de la canción dulce, romántica y melosa, se han dejado llevar por el ambiente y han terminado liándose a hostias entre ellos...
jueves, diciembre 08, 2005
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