¿Qué pinta la Policía Autonómica catalana en Cataluña? ¿Para qué están? Asombrados advertimos la impunidad con que, delictivamente, los símbolos de nuestro Estado –que nos representan a todos– son vilmente atacados en presencia de decenas de medios de comunicación y ante la pasividad de la Policía Autonómica catalana. ¿Para esto querían expulsar al Cuerpo Nacional de Policía de Cataluña, relegando además a su mínima expresión a la Guardia Civil? Adquieren ahora terrible significado aquellas premonitorias palabras de Maragall –recordemos, anterior President también de casta socialista– decretando la residual presencia de España en la Comunidad Autónoma Catalana. ¡Y eso que aún no se ha aplicado el nuevo Estatuto! Miedo me da comprobar como, simultáneamente a la exigua presencia estatal vaticinada por Maragall, también es mínima la presencia de LIBERTAD en Cataluña para según qué cosas y según qué gentes; mientras tanto, insistimos, la pirómana sinrazón extiende su fuego por toda España al mismo tiempo que ZP toca la lira y musita: no es para tanto –tranquilizan Gobierno y afines– pues únicamente se trata de cuatro descerebrados... Cuatro o cuatrocientos que para serlo, según quieren confundirnos ZP y adláteres, bien se cuidan de atacar a según qué símbolos y según qué representantes. ¿Alguien ha quemado la foto de ZP que es también símbolo y representación de España?
Miren ustedes una cosa: los delincuentes pirómanos que nos queman a todos en el marco de representación que es nuestro Jefe del Estado, sin embargo se cuidan muy mucho de atacar a sus socios de Gobierno allí en Cataluña. Mismamente, en la reciente visita del Presidente Rodríguez al feudo de Montilla, cumplimentando el lavado de cara –que no de boca– del periódico La Vanguardia, el único embate que sufrió la comitiva presidencial lo perpetró –intuimos– un españolista ascensor, el cual quiso tragarse al Presidente reteniéndole en su vientre para la salvación y el bien de España, o algo. Aunque tampoco sirviera para mucho la magnicida acción de nuestro elevador, ya que para salvar a Zapatero allí estaba la Guardia Civil, Cuerpo que para las cosas del deber se inhibe mucho menos que la Policía Autonómica catalana. Sucedido que origina una meditación en mis adentros: lo que es bueno para ZP, es bueno para su pueblo. Y así, si la Policía Autonómica catalana no tiene lo que hay que tener, esto es, no tiene las pertinentes órdenes de sus Jefes para guardar y hacer guardar la ley, pues que acuda la Guardia Civil o la Policía Nacional a velar por los derechos del Rey para abajo, todos.
Miren ustedes una cosa: los delincuentes pirómanos que nos queman a todos en el marco de representación que es nuestro Jefe del Estado, sin embargo se cuidan muy mucho de atacar a sus socios de Gobierno allí en Cataluña. Mismamente, en la reciente visita del Presidente Rodríguez al feudo de Montilla, cumplimentando el lavado de cara –que no de boca– del periódico La Vanguardia, el único embate que sufrió la comitiva presidencial lo perpetró –intuimos– un españolista ascensor, el cual quiso tragarse al Presidente reteniéndole en su vientre para la salvación y el bien de España, o algo. Aunque tampoco sirviera para mucho la magnicida acción de nuestro elevador, ya que para salvar a Zapatero allí estaba la Guardia Civil, Cuerpo que para las cosas del deber se inhibe mucho menos que la Policía Autonómica catalana. Sucedido que origina una meditación en mis adentros: lo que es bueno para ZP, es bueno para su pueblo. Y así, si la Policía Autonómica catalana no tiene lo que hay que tener, esto es, no tiene las pertinentes órdenes de sus Jefes para guardar y hacer guardar la ley, pues que acuda la Guardia Civil o la Policía Nacional a velar por los derechos del Rey para abajo, todos.
Una última cuestión, haciéndome eco de las palabras de JC Girauta en La Tarde con Cristina de la cadena COPE: el fuego del incendio republicano se inició con el secuestro, por parte de la fiscalía, de la revista de humor zafio El Jueves. Fue Cándido Conde Pumpido, a la sazón Fiscal General de un Estado residual en Cataluña, quién consiguió publicitar exageradamente una grosera portada denigrante para con los Príncipes de Asturias, cubierta que desde entonces adquirió notoria repercusión incluso allende nuestras fronteras. Torpe maniobra de la fiscalía, y añagaza del preámbulo antimonárquico y republicanoide que estaba por llegar. Meditaciones de una república de fuego y costumbres iraníes, donde las alegorías regias cuelgan tiroteadas de los muros universitarios, al mismo tiempo que la Policía Autonómica catalana se inhibe por completo. Cuando sin embargo, recordemos: aquí se ha detenido a dos miembros del PP por salir en una foto cerca de un ministro; igualmente el Delegado del Gobierno de Madrid quería poner límites sonoros –por vociferantes– a las manifestaciones en contra del Gobierno de ZP; aquí que han prohibido concentraciones de las víctimas del terrorismo. Señor Presidente y compañía ¿Que los quemafotos antiespañoles son cuatro gatos? Pudiera ser ¿pero de qué camada han salido, quién les provocó y junto a quién gobiernan esos republicanoides felinos? Y, sobre todo ¿Por qué no se les aplica la misma ley que al resto de los españolitos? ¿Hay que ser socio de ZP para quedar exento de cualquier aplicación legal? ¡Qué fulleros!
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