Zapatero exige mucho a las víctimas del terrorismo y al PP, pero muy poco a los asesinos de la Eta. Para el ínclito de Moncloa las víctimas son manipuladas por unos populares extremistas, mientras espantados advertimos que los etarras son pacifistas para el Presidente. Además, el listón para la verificación de alto el fuego de la banda asesina Eta lo ha colocado ZP muy bajo. Qué digo bajo, lo ha sepultado a dos metros bajo tierra. Que es donde piensa mandar, paralelamente, al Estado de Derecho que le estorba (Estorbo de Derecho) en sus arreglos con los terroristas. Precisamente el periódico progubernamental El País nos descubría el solivianto zapaterino: “La sucesión de actos judiciales en pleno proceso de paz alarma al Gobierno e irrita a los partidos vascos”. Muy lógico todo, pues que funcione el Estado de Derecho siempre es un estorbo si lo que se piensa es traicionarlo.
Pongamos las cosas claras: desde que llegó Rodríguez Zapatero y se lío con la Eta, los terroristas han sufrido menos acosamiento y menos detenciones. La hidra terrorista se mueve con una libertad tal, que lo mismo roban unas pistolas que unos explosivos o los correspondientes vehículos con que seguir delinquiendo tan frescamente. Los etarras y su entorno se perciben fuertes. Y es que con el gobierno socialista sus postulados reciben protagonismo tanto en el Parlamente español como en el europeo, mientras Pachi el montenegrino les cocina en la trastienda un referéndum a su gusto.
Establecido lo anterior, Zapatero es muy dueño de enarbolar los tres años sin victimas mortales, pero no estaría de más que gallardeara igual de petulante cuando los terroristas callejeros siembran el terror en el País Vasco, o cuando su brazo político se hace dueño y señor de los medios de comunicación. Por lo demás, ZP se engaña al apoyar su presente mandato en los tres años sin víctimas, pues su inacción nos conduce a un reforzamiento etarra de tal calibre que nos costará combatirlo otros veinte años. ¡Insensato! En vez de apoyarse en el impagable trabajo de acorralamiento e infiltración al que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado habían sometido a la Eta, se aprovecha de sus frutos –la inactividad forzada– para montarse una tregua y un falso proceso de paz que terminará fortaleciendo al terrorismo e hipotecando la vida de muchas potenciales víctimas. José Luis Rodríguez Zapatero, la sangre de las víctimas no olvidará tu egoísmo ni los compañeros que has sentado a tu mesa (los terroristas) mientras desdeñosamente relegas, denigras e insultas a sus víctimas.
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